El ED, desarrollado por Robert Desoille, en Francia, en el año 1930, puede ser considerado una Oniroterapia, porque utiliza la imaginación libre y el relato simultáneo de lo imaginado. Esta vívida imaginación que aparece en la pantalla de la mente, es un producto directo del inconsciente y guarda simbólicamente una valiosa información acerca de nosotros mismos. Es un método en dos tiempos, en las que las sesiones de “ensoñar” se complementan con un segundo tiempo de análisis del material obtenido.
Una serie de 9 símbolos específicos, abarcan toda la estructura del inconsciente, yendo desde la superficie a la profundidad.
Es una terapia del Hemisferio Derecho (HD), localización que las neurociencias han descubierto como sede del inconciente y la memoria implícita. El ED utiliza la capacidad de imaginar, que todos tenemos, y logra atravesar así las barreras resistenciales, permitiendo identificar y resolver los conflictos y sufrimientos que condicionan nuestra vida y que guardamos almacenados en nuestros archivos más profundos en forma de vivencias y creencias limitantes.
El “cuento” producido por el paciente, y luego descifrado en las sesiones, guarda en términos simbólicos, toda la historia “real” del paciente. Salen a la luz viejos recuerdos olvidados y también “tesoros” o recursos escondidos.
Durante el ensueño, y en el plano simbólico, el terapeuta va instando al paciente a enfrentar los obstáculos que se presentan en él, conduciéndolo gradualmente en su vida cotidiana, al enfrentamiento y superación de sus viejos conflictos y al desarrollo de su potencial, antes bloqueado.
Los neurocientíficos que han investigado la efectividad de las psicoterapias dicen que “Una terapia efectiva puede modificar la trayectoria evolutiva del cerebro derecho profundo y facilitar la integración entre sistemas corticales y subcorticales del HD. Esta interconectividad incrementada permite una complejidad creciente de defensas del cerebro derecho emocional – estrategias de afrontamiento para regular afectos estresantes que son más flexibles y adaptativas”. (Fosha, Schore, Siegel).
Por medio del ED se produce una integración de procesos afectivos y cognitivos, a la vez que la construcción de una narrativa integrada de la historia de la persona— indicador de salud mental y de un apego seguro (por más experiencias negativas que se hayan vivido).
Los cambios psicoterapéuticos profundos alteran no solo las imágenes conscientes del yo, sino también las inconscientes (o sea la imagen inconsciente del sí mismo) asociadas con modelos internos de apego.
En síntesis, el ED es una apasionante y valiosa herramienta de un “viaje” que terapeuta y paciente emprenden juntos, con el desafío de develar sus secretos.
La Cosa Psi
www.lacosapsi.com
CONTRATACIONES
LACOSAPSI@FIBERTEL.COM.AR
Una serie de 9 símbolos específicos, abarcan toda la estructura del inconsciente, yendo desde la superficie a la profundidad.
Es una terapia del Hemisferio Derecho (HD), localización que las neurociencias han descubierto como sede del inconciente y la memoria implícita. El ED utiliza la capacidad de imaginar, que todos tenemos, y logra atravesar así las barreras resistenciales, permitiendo identificar y resolver los conflictos y sufrimientos que condicionan nuestra vida y que guardamos almacenados en nuestros archivos más profundos en forma de vivencias y creencias limitantes.
El “cuento” producido por el paciente, y luego descifrado en las sesiones, guarda en términos simbólicos, toda la historia “real” del paciente. Salen a la luz viejos recuerdos olvidados y también “tesoros” o recursos escondidos.
Durante el ensueño, y en el plano simbólico, el terapeuta va instando al paciente a enfrentar los obstáculos que se presentan en él, conduciéndolo gradualmente en su vida cotidiana, al enfrentamiento y superación de sus viejos conflictos y al desarrollo de su potencial, antes bloqueado.
Los neurocientíficos que han investigado la efectividad de las psicoterapias dicen que “Una terapia efectiva puede modificar la trayectoria evolutiva del cerebro derecho profundo y facilitar la integración entre sistemas corticales y subcorticales del HD. Esta interconectividad incrementada permite una complejidad creciente de defensas del cerebro derecho emocional – estrategias de afrontamiento para regular afectos estresantes que son más flexibles y adaptativas”. (Fosha, Schore, Siegel).
Por medio del ED se produce una integración de procesos afectivos y cognitivos, a la vez que la construcción de una narrativa integrada de la historia de la persona— indicador de salud mental y de un apego seguro (por más experiencias negativas que se hayan vivido).
Los cambios psicoterapéuticos profundos alteran no solo las imágenes conscientes del yo, sino también las inconscientes (o sea la imagen inconsciente del sí mismo) asociadas con modelos internos de apego.
En síntesis, el ED es una apasionante y valiosa herramienta de un “viaje” que terapeuta y paciente emprenden juntos, con el desafío de develar sus secretos.
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